Varias vecinas están desde hoy en Zaragoza para exigir a Amado Franco, Presidente de Ibercaja, una reunión
Toñi no abandonará su huelga de hambre hasta que el Presidente de Ibercaja acceda a reunirse con las familias
La Corrala Utopía vive su momento más
decisivo. Ibercaja ha roto todas las negociaciones. El pasado 10 de
enero estaba convocada en la Sede del Defensor del Pueblo Andaluz una
mesa de negociación para buscar una solución dialogada. Ibercaja, a
pesar de confirmar su asistencia, no hizo acto de presencia en la cita.
Es más, ese mismo día reiteró en los Juzgados su petición de desalojo
forzoso del edificio que alberga la Corrala Utopía. Desde entonces se
han intentado por todos los medios retomar los contactos y
negociaciones. Pero Ibercaja se ha cerrado en banda. Los plazos
judiciales se agotan y si, no media un acuerdo, en aproximadamente un
mes tendrá lugar el desalojo de la Corrala Utopía.
Por ello, varias vecinas se han
desplazado hasta Zaragoza. Allí están apoyadas por Stop Desahucios, 15M y
otros colectivos y asociaciones vecinales de la capital aragonesa. Se
mantendrán en Zaragoza hasta que consigan reunirse personalmente con
Amado Franco, Presidente de Ibercaja. Mientras, en Sevilla, Toñi
Rodríguez, vecina de la Corrala Utopía, ha decidido iniciar una huelga
de hambre indefinida que no cesará hasta que Amado Franco acepte
reunirse con sus compañeras.
Toñi estará desde hoy en la calle San
Fernando, junto a la sede que Ibercaja tiene en esta céntrica calle de
Sevilla. Estará arropada por sus vecinas y por miembros de la Plataforma
de Apoyo a la Corrala Utopía y del Movimiento Andaluz por la Vivienda.
En los próximos días, en apoyo de Toñi y del resto de familias de la
Corrala, están previstas acciones solidarias contra Ibercaja que se
desarrollarán en todo el Estado, especialmente en Andalucía.
Las vecinas desplazadas a Zaragoza llevan
consigo un proyecto que podría sentar las bases de una solución
negociada. El mismo se basa en la idea de un alquiler colectivo de todo
el inmueble del que se haría cargo una cooperativa constituida por los
propios vecinos y vecinas del inmueble. Las viviendas del inmueble
estarían en régimen de alquiler social mientras que los locales ubicados
en los bajos del edificio servirían para poner en marcha una
cooperativa de trabajo para los vecinos y un espacio social y cultural
para el bario de la Macarena. Esta iniciativa ha sido avalada tanto por
la Junta de Andalucía como por el Defensor del Pueblo Andaluz, y ni
siquiera el Ayuntamiento de Sevilla (hostil desde el comienzo con la
Corrala Utopía) ha mostrado su contrariedad y negativa ante este
proyecto.
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