Somos un grupo de personas que tenemos una urgente necesidad de vivienda. La crisis económica, como a otras muchas personas, nos ha machacado. Somos personas trabajadoras, humildes, que hemos visto cómo perdíamos nuestro puesto de trabajo. Hemos acudido a las instituciones en busca de ayuda y soluciones, sin haber obtenido absolutamente nada.
En algunos casos hemos sido desahuciados de nuestras viviendas por los bancos. Por los mismos bancos que han recibido fondos públicos multimillonarios para sanear sus cuentas. Los mismos bancos que con corresponsables de la terrible crisis que padecemos. Hemos visto cómo, de la noche a la mañana, en cuanto no podíamos pagar la cuota de la hipoteca, nuestras familias se han visto en la calle.
En otros casos nunca pudimos siquiera acceder a una vivienda en propiedad. Nos manteníamos pagando el alquiler como podíamos, invirtiendo para ello la mayor parte de los salarios que percibíamos por nuestros trabajos. Sin embargo, cuando perdimos nuestros empleos nos vimos en la calle, sin que nadie se preocupara por nosotras ni nos ofreciera algún tipo de solución.
Por todo ello, hemos decidido organizarnos y hacer valer el derecho que nos otorga el artículo 47 de la constitución que afirma que tenemos “derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada. Los poderes públicos promoverán las condiciones necesarias y establecerán las normas pertinentes para hacer efectivo este derecho, regulando la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación”.
Nos hemos realojado en un edificio construido hace un par de años y que, sin embargo, permanece vacío. La propiedad del inmueble correspondía a una empresa inmobiliaria que quebró, no estando aún claro a quién pertenece hoy día (si a un banco o a otra empresa). No hemos entrado en la vivienda de ninguna persona, sino en casas que estaban vacías mientras nosotras nos íbamos a ver en la calle. Es más, estamos cuidando del edificio.
No queremos hacernos con la propiedad de estas viviendas. Sólo queremos tener un techo bajo el que nuestras familias duerman. Estamos abiertos al diálogo con instituciones, propietarios del inmueble, defensor del pueblo, partidos políticos y con quien corresponda en aras de regularizar nuestra situación.
NO MÁS GENTE SIN CASAS
NO MÁS CASAS SIN GENTE