Ibercaja
ha roto unilateralmente el acuerdo alcanzado hace escasos meses con la
Corrala Utopia para volver a encontrar una solución negociada al
problema de las 36 familias
La
vuelta al cole ha traído una sorpresa poco agradable a las familias de
la Corrala Utopía. Nuestros representantes legales notificaron ayer a
las vecinas que Ibercaja había, una vez más y ya hemos perdido la
cuenta, incumplido el acuerdo al que habíamos llegado el pasado mayo,
presentando de nuevo una petición de desalojo ante el juzgado.
En
este acuerdo Ibercaja se comprometía a retirar la petición de desalojo,
volver a retomar la mesa de negociación y facilitar la documentación
para acceder a los suministros de agua y luz. Las vecinas, por nuestra parte, debíamos
presentar nuestros informes sociales y, una vez alcanzado un acuerdo
satisfactorio para las partes, abandonar el edificio en el plazo de un
mes.
Las
vecinas cumplimos con todo. Aunque intentaran ahogarnos con burocracia.
Entregamos los informes sociales, después nos pidieron la autorización
de todas las vecinas para utilizar esos datos. Las presentamos. Después
el Ayuntamiento decidió que los informes debían ser realizados por sus propios servicios sociales y derivó a las vecinas a los servicios sociales de cada
distrito. Ahí tuvimos respuestas dispares: a algunas le dieron citas
para octubre, a otras les dijeron que no les correspondía atenderlas…
Nosotras
cumplimos. Ibercaja no. No ha convocado la mesa de negociación a pesar
de nuestros requerimientos. Ha presentado varias peticiones de demora
para no dar la documentación necesaria para dar el agua y la luz. Y
ahora, ha vuelto a presentar ante el juzgado la petición de desalojo.
Ibercaja
nunca ha tenido intención de llegar a ningún acuerdo. Simplemente
piensa que ahora estamos más solas, que los medios no nos hacen tanto
caso, que el apoyo popular se cansa y las vecinas se agotan… y han
esperado un momento para poder echarnos a la calle lentamente y en
silencio.
Se
equivocan. Como dijo ayer una vecina: estamos en guerra. En guerra
contra la especulación. En guerra porque la burbuja inmobiliaria sólo les explota en la cara a los de abajo mientras que los que arruinan
bancos cobran indemnizaciones millonarias. En guerra porque el derecho a
la vivienda digna sólo es papel mojado. En guerra porque personas que
han trabajado toda su vida se ven en la calle sin que nadie les de una
alternativa. Y encima nos piden que estemos calladitas.
La
Corrala Utopia va a seguir luchando. Esto sólo nos sirve para hacer piña, salir a
la calle y seguir defendiendo aquello en lo que creemos: el derecho universal a
una vivienda digna. Y después de tantos meses sabemos que no estamos
solas.
Nos vemos en las calles.
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